Contar con una arquitectura capaz de abordar la sostenibilidad de manera equilibrada y amplia no puede seguir siendo una mera posibilidad, sino que ha de ser una exigencia de nuestro tiempo. Por ese motivo, la administración debe impulsar y potenciar acciones que, a través de una arquitectura intensamente sostenible, mejore las condiciones de vida de la ciudadanía. La reciente Ley 9/2022, de 14 de junio, de Calidad de la Arquitectura, pone de manifiesto la importancia de la arquitectura y la necesidad de implantar en el ámbito de la contratación pública la aplicación del principio de calidad.
Los edificios son responsables del 30% del consumo energético de nuestro país, y del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales se generan principalmente durante su construcción, utilización, renovación y demolición, de acuerdo con las estadísticas de la Comisión Europea. Estas cifras han permeado en la reforma del Régimen del Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) de la UE, acordado recientemente, donde se incorporan los edificios como sectores adicionales a esta herramienta que la UE emplea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Existe un contexto consensuado de combatir el cambio climático y caminar hacia una transición energética, verde y justa, a través de mecanismos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agenda Urbana, la Renovación Wave o la Nueva Bauhaus Europea, entre otros. La arquitectura, también desde el plano autonómico, ha cobrado importancia en la aplicación y consecución de estos objetivos dentro del escenario global. Diseñar edificios con arreglo a estas estrategias asegura la creación de lugares más saludables y, por extensión, contribuye a formar personas, comunidades y sociedades más sanas. El Objetivo 11. ‘Ciudades y Comunidades Sostenibles’ nos apremia a crear espacios más seguros, sostenibles, resilientes e inclusivos.
La mayoría de nosotros vive una vida de interiores, lo que implica que, según la OMS, el 80% de nuestro tiempo transcurra dentro de edificios de distinto signo (viviendas, lugares de trabajo, lugares de ocio, centro sanitarios, etc.) y que la calidad de los edificios resulte vital para nuestro bienestar. La arquitectura es una manifestación de la conciencia humana concebida para albergar nuestro desarrollo físico y mental, individual y colectivo, lo que conlleva la necesidad de hacer de la arquitectura vanguardia del progreso científico y tecnológico a partir de la cual mejorar el marco en el que se desarrollan nuestras vidas y, por ende, nuestras propias vidas.
Desde las Administraciones Públicas se debe promover la innovación haciendo que lo anterior resulte catalizador, facilitador y, en la medida de lo posible, multiplicador en todas sus facetas, teniendo siempre al ciudadano como razón de ser de nuestro pensar y nuestro actuar. Las políticas públicas deben generar un contexto que consiga edificios más respetuosos con el medio ambiente, que ofrezca durabilidad, resiliencia, calidad, eficientes en recursos, saludables y competentes energéticamente, con el apoyo de la digitalización en los procesos de construcción y del funcionamiento de los edificios. Para alcanzar estos objetivos técnicos, en coordinación con todos los agentes implicados, la Administración debe centrarse en la reactivación y el impulso de este sector con arreglo a 4 estrategias: marco normativo, factor ejemplarizante de la propia Administración, mecanismos innovadores de financiación e información (entendida como formación, participación y transferencia del conocimiento).
Un impulso normativo, a través de la agilización administrativa y la adaptación de la legislación a las nuevas realidades, construyendo un marco facilitador y no fiscalizador (por ejemplo, el DECRETO 12/2021, de 22 de enero, del Consell de regulación de la declaración responsable para la primera ocupación y sucesivas de viviendas y su actual revisión, entre otros).
El factor ejemplarizante de la administración como motor de cambio y referente a la hora de llevar a cabo proyectos innovadores capaces de indagar en las necesidades latentes, de cubrir las mismas y de generar puentes que puedan ser atravesados por todos. Resulta importante asimismo generar diálogo con los operadores privados, de acuerdo con distintas directivas comunitarias en la materia, para amplificar las formas de colaboración entre los agentes implicados. Herramientas, impulsadas desde la Generalitat Valenciana, como la Compra Pública Innovadora o la Compra Pública Verde son ejemplos de lo anterior. El concurso de viviendas públicas innovadoras impulsa criterios de sostenibilidad medioambiental en la contratación pública, la reducción de la Huella de Carbono de los edificios, la reutilización, reciclaje y recuperación de residuos de obra y la reducción de las emisiones de CO₂ durante la fase de transporte, así como la implementación de la metodología BIM durante la ejecución de las obras. De esta iniciativa surge el Catálogo de Proyecto Piloto. Innovación y sostenibilidad en la Vivienda como resultado de las reflexiones de los participantes en el proyecto en cuanto a cómo deben ser nuestras viviendas en términos sociales, y medioambientales, y cómo resultan las jerarquías dentro de las viviendas. También es resultado de lo anterior el documento denominado Proyectar los espacios de la vida cotidiana. Criterios de género para el diseño y contratación pública de vivienda, el cual desarrolla la necesidad de formación en el presente ámbito. Por último, debe tenerse muy presente la promoción de formaciones bonificadas en Building Information Modeling (BIM), tanto fuera como dentro de la propia Administración, ello con el propósito de disponer los nuevos proyectos a acometer los correspondientes códigos de digitalización, materializándose esta exigencia en el documento Estrategia BIM. Digitalización para la sostenibilidad en la edificación de la Generalitat Valenciana desarrollado con el sector, e informado al pleno del Consell de la Generalitat Valenciana el 31 de marzo de 2023.
Hablamos de mecanismos innovadores de financiación capaces de fortalecer y diversificar la actuación de los agentes del sector, contando con estrategias para cofinanciar proyectos municipales y privados y, de este modo, propiciar el cambio hacia una arquitectura más sostenible e innovadora. Se trata de que la financiación, además de trascender en lo económico, pueda convertirse también en ágora para compartir incitativas y poner en contacto a estos actores con vocación de multiplicar iniciativas. Un ejemplo de lo anterior es la plataforma MIRA (Mostra d’Innovació i Recerca Arquitectura) . Han de buscarse, de igual modo, nuevas fórmulas para el futuro inmediato, como fondos rotatorios, utilizando un fondo común de capital para préstamos en lugar de subvenciones directas, y aumentando el impacto de los fondos a través de distintos proyectos que, de manera consecutiva, contribuyan a la consecución de los objetivos perseguidos. También han de fortalecerse las opciones de dinamización existentes, como las que ofrece el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) generando préstamos bonificados como ASTREA (Actuaciones Sostenibles para la Transformación de Espacios) que promueven condiciones de préstamo más ventajosas para que PYMES y MICROPYMES transformen sus lugares de trabajo con criterios de sostenibilidad, inclusión y bienestar.
Como última estrategia a desarrollar encontramos la información, la cual debe desplegarse a todos los niveles con la implicación de todos los actores a considerar, especialmente de la ciudadanía. Se trata de que los ciudadanos sean conscientes de las herramientas disponibles y asuman un rol activo propiciado por un entorno atento a sus necesidades. La formación, a su vez, debe estar en la agenda pública de manera perenne con el propósito de que el sector se sitúe a la vanguardia del conocimiento y, así, mejore su competitividad, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. No podemos olvidar tampoco las cátedras, las cuales permiten reflexionar a los futuros profesionales sobres las necesidades que están ya presentes en la agenda de las administraciones, en el mundo real. La transferencia de conocimiento en esta línea estratégica de información juega un papel crucial y, por ello, es fundamental fortalecer nuestra relación con la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT). Ahora más que nunca, la arquitectura futura requiere de innovación, desarrollo de nuevas tecnologías, modelos funcionales, materiales, e industrialización de mano de la denominada construcción 4.0. A partir del portal REDIT ecohábitat podemos contar con un repositorio de proyectos vinculados al crecimiento de actividades capaces de conectar oferta y demanda.
Estas nuevas formas de relacionarnos con el sector deben ir de la mano de espacios de participación y diálogo como las herramientas presentes en el Decreto 194/2022, de 11 de noviembre, del Consell, por el que se crea la Comisión Interdepartamental para la Innovación en Edificación, resultando tales herramientas la creación de una Comisión interdepartamental, de un Consejo de Participación y de Grupos de trabajo.
La arquitectura es el escenario de nuestras vidas, da forma a nuestra experiencia y constituye una fuente de oportunidades para nuestras relaciones interpersonales y nuestro bienestar, lo que implica que no pueda disociarse nunca más de la sostenibilidad como vehículo capaz de llevarnos hoy al mañana que ansiamos y necesitamos.
Secretaria Autonómica de Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad Energética en la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática de la Generalitat Valenciana
