Innovar para sobrevivir
Estudié ingeniería industrial, y desde mis inicios a nivel profesional he estado ligado al apasionante ámbito de la innovación. Es un trabajo que te exige constante investigación de clientes, de sus problemáticas y necesidades, y también investigación del estado del arte a nivel tecnológico en tu ámbito, para unir así ambas partes y desarrollar soluciones exitosas a los problemas que nos rodean. La verdad es que es algo que, a pesar de combinar éxitos y fracasos – muchas veces más fracasos que éxitos -, siempre te aporta grandes satisfacciones, increíbles aprendizajes que puedes seguir aplicando en otros proyectos.
En este recorrido, pronto aprendí que las organizaciones requieren evolución constante, requieren innovación en todos sus aspectos, producto, servicio, procesos, recursos humanos, modelo de negocio, etc., y que un buen equipo de trabajo, motivado e ilusionado por el cambio, es la clave.
Colaborar para potenciar los resultados de la innovación
La innovación en la empresa se puede realizar de forma autónoma, cerrada, sin compartir conocimiento, o de forma en que se esté abierto a aprovechar cualquier flujo de conocimiento que provenga de fuera adentro, o que difundamos de dentro afuera para explorar sinergias con otros actores. Es lo que el Dr. Henry Chesbrough acuñó allá por el año 2003 con el término de Innovación Abierta.
Desde mi experiencia, siempre he intentado desarrollar nuevos proyectos de innovación en colaboración, bien con otras empresas tecnológicas, con universidades o con centros tecnológicos. Y volviendo a los éxitos o fracasos que siempre se dan, no cabe duda de que el aprendizaje así conseguido alcanza una mayor amplitud. Debemos estar siempre en contacto con nuestra red cercana de innovación, compartir, debatir, plantear retos y soluciones; aprovechemos todo ese conocimiento que se guarda dentro de cada organización con acciones que lo ponga en común para el bien de todos, y en particular de nuestra industria cerámica y nuestra sociedad.
Un caso de éxito, y esperemos muchos más
Actualmente estoy en el proyecto TEKINN, es una spinoff creada a partir del centro tecnológico ITC-AICE para explotar una tecnología disruptiva: un sistema de inspección de baldosas cerámicas por rayos X. Es un caso de éxito de innovación de varios años de trabajo ilusionante entre muchas personas. Muchos proyectos en colaboración entre empresas y el grupo de procesos industriales de ITC que desarrolló varias patentes, proyectos piloto con clientes, proyectos de desarrollo con colaboradores externos especializados, entre otros. Un recorrido de altibajos y mucho aprendizaje que finalmente consiguió llegar a mercado con éxito. Muchas empresas cerámicas ya se han beneficiado de esta tecnología disruptiva que les ayuda a trabajar mejor, que recordamos es ese el objetivo de la innovación, aportar soluciones efectivas a las necesidades de los clientes y usuarios. Ahora se da un salto más, y se lanza la empresa TEKINN para dar continuidad con mayor potencia todavía a esta tecnología, seguir innovando y mejorando el producto, lanzando nuevos modelos y mejoras, siempre al servicio de lo que el cliente necesite, y aprovechando los avances que la tecnología nos ofrece.
Me consta que se está potenciando de forma especial el lanzamiento de spinoffs desde la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT), y me alegra que así sea. Es una muy buena noticia para todos, porque no cabe duda que esta estrategia va en pro de mejorar nuestra competitividad, nuestra industria y en definitiva nuestra sociedad, para un futuro mejor, gracias a la innovación.
