Las recientes noticias sobre el sector cerámico no son positivas. Desde diversos foros se está alertando de la complicada situación que vive nuestra industria afectada por una crisis importante de demanda. Esta crisis se suma a los problemas ya experimentados por el alza de los precios del gas y de las materias primas o las dificultades para cumplir con los niveles de emisiones de CO2 exigidos. Además, a todo este conjunto de problemas se añade la dificultad para acceder a paquetes de ayudas institucionales. Como resultado, la atención mediática y la actualidad de la industria se centra en estas cuestiones que son las que afectan al sector a corto plazo.
Desde el grupo de investigación AERT de la Universitat Jaume I y también desde la Càtedra de Transformació del Model Econòmic, hace ya tiempo que centramos gran parte de nuestro esfuerzo investigador en este sector. Nuestra investigación pone el foco en la literatura de aglomeraciones industriales como son los distritos industriales o los clusters (Becattini, 1979; Porter 1998). Este tipo de aglomeraciones se caracterizan por la concentración geográfica de pequeñas y medianas empresas dedicadas a la misma industria. Las empresas están interconectadas en diversas etapas del proceso de producción, lo que genera una especialización intensa y la formación de redes densas de intercambio. En este contexto, destaca la interacción de cooperación y competencia entre empresas, acompañada de una difusión ágil, principalmente informal, de información, nuevas ideas y conocimiento. La adaptabilidad y flexibilidad son características clave que caracterizan este dinámico panorama empresarial.
La formación de un cluster empresarial presenta diversas ventajas estratégicas que contribuyen significativamente al desarrollo económico y la competitividad. En primer lugar, la externalización y las economías de aglomeración permiten a las empresas aprovechar sinergias y eficiencias compartidas al concentrarse geográfica y cognitivamente. La presencia de mano de obra cualificada dentro del cluster facilita la colaboración y el intercambio de conocimientos entre profesionales, promoviendo así la innovación y el desarrollo tecnológico. Además, la existencia de proveedores especializados fortalece las cadenas de suministro locales, optimizando procesos y reduciendo costes. Por otra parte, los spillovers tecnológicos y la difusión del conocimiento, tanto a nivel local como entre empresas del cluster, generan un ambiente propicio para la innovación y el crecimiento sostenido. En este contexto, el acceso a flujos de conocimiento y la activación del capital social fomentan la colaboración entre empresas, impulsando el desarrollo equilibrado y sostenible del cluster. Por consiguiente, la promoción de la cooperación se convierte en un catalizador esencial para el éxito y la resiliencia del conjunto empresarial.
Hasta el momento, el modelo de cluster, popularizado por Michael Porter, se ha ajustado de forma adecuada al contexto del sector cerámico de la provincia de Castellón. De hecho, las dinámicas de intercambio de conocimiento propias de los clusters han sido muy beneficiosas. Esto es claramente apreciable en el desarrollo innovador de la industria cerámica de Castellón que, junto con Italia, es la principal generadora de conocimiento tecnológico a nivel mundial.
Sin embargo, la estructura del cluster cerámico castellonense ha sufrido cambios notables en las últimas dos décadas. Asistimos en la actualidad a un proceso de concentración del sector donde las empresas se ven forzadas a aumentar su tamaño para poder competir. Este proceso también se caracteriza por la entrada de nuevos actores internacionales que participan en la propiedad de las empresas locales. Estos actores son, o bien parte de grupos empresariales más o menos relacionados con el sector cerámico, o bien fondos de inversión. Se aprecia, por lo tanto, una importante caída del número de empresas fabricantes de pavimentos y revestimientos cerámicos en la provincia.
La literatura sobre clusters muestra algunas experiencias en otros ámbitos en relación con las trayectorias evolutivas de los mismos. En un interesante trabajo de de Marchi et al., (2018) se presentan las diferentes trayectorias seguidas por algunos clusters del país transalpino. Bajo la perspectiva de este estudio, existen tres posibilidades de trayectoria para clusters industriales tradicionales: la resiliencia, la jerarquización o el declive. Estas posibles trayectorias dependen de tres aspectos principales: el número de empresas, el grado de concentración de recursos y la capacidad de producir valor. Por lo tanto, estos tres aspectos son claves para conocer las posibles alternativas de evolución. Así, los clusters en declive se caracterizan por una fuerte reducción del número de empresas y también por la pérdida de valor en la producción que no está asociada a la presencia de concentración de recursos o grandes grupos empresariales. Por otra parte, la jerarquización de un cluster se produce cuando existe una gran reducción del número de empresas que es capitalizada por unas pocas empresas grandes del cluster (no necesariamente de capital local) mientras se mantiene el valor de la producción. Finalmente, la resiliencia, que es la trayectoria más interesante, se produce cuando el cluster presenta moderados niveles de reducción del número de empresas y de la concentración de sus recursos junto con una inexistente reducción del valor.
Actualmente, el cluster cerámico castellonense presenta una disminución del número de empresas y un proceso de concentración de recursos notable. Esto nos aleja de la deseada resiliencia y nos deja en dos posibles escenarios: la jerarquización o el declive. El resultado final dependerá de cómo se gestione el valor de la producción local. Como hemos comentado al inicio de este editorial, la actualidad del sector está copada por la atención que se presta a problemas graves que afectan al corto plazo del sector. Evidentemente son aspectos de extremada importancia que requieren ser resueltos. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, el futuro a medio o largo plazo no se debería perder de vista. En el cluster cerámico castellonense están en juego muchos aspectos relevantes que van a condicionar su trayectoria evolutiva. En consecuencia, prestar atención al valor de la producción cerámica castellonense puede ser crucial para evolucionar hacia trayectorias que se alejen del declive.
Director de la Cátedra de Model Económic