Brasil y el mundo de la cerámica
Hace poco más de 40 años, Brasil era el hermano pequeño de la industria mundial de baldosas cerámicas. Liderada por Italia y pronto seguida por España, la industria mundial tenía a Brasil dividida en dos tipos de producción. Por un lado, los productores del sur del país, principalmente en el estado de Santa Catarina, fabricaban productos húmedos. Eran los principales productores del país. Algún tiempo después, en el sudeste, sobre todo en el estado de São Paulo, una región llamada Santa Gertrudes (región que engloba el conjunto de ciudades de Cordeirópolis, Rio Claro y Santa Gertrudes, separadas por unos 15 kilómetros). Esta región, famosa por la producción de tejas, bloques y losas de cerámica, empezó a producir baldosas de cerámica. Gracias a la abundancia de arcilla de alta calidad en la región próxima a Corumbataí, fue posible producir baldosas de cerámica en seco con grandes ventajas en términos de costes industriales. Esta producción prácticamente no tiene rival en el mundo. Como resultado de los menores costos de producción y un costo de venta que igualaba la competencia con los productores del sur, se inició una relación de tensión entre los dos grandes grupos. Era muy común que hubiera quejas de ambas partes por la competencia comercial en el mercado nacional. Esta situación también se trasladó al mercado internacional cuando los productores por vía seca se sintieron cómodos compitiendo en mercados de divisas fuertes como el estadounidense.
Pero, ¿Qué hay de la calidad?
El talón de Aquiles de esta situación era precisamente la baja calidad de los productos fabricados por vía seca. Brasil dependía casi totalmente de la tecnología italiana y española de los fabricantes de equipos y materias primas, como esmaltes y colorantes, pero la tecnología era importada y las adaptaciones al tipo de producción brasileña tardaban en llegar. La dependencia tecnológica pasó factura al desarrollo de la industria brasileña. Teníamos pocos tecnólogos. Hubo esfuerzos de formación, especialmente en el sur, con Eliane manteniendo una escuela que formó un buen número de técnicos y vendedores para la industria.
Evolución
Los productos vía seca evolucionaron con procesos más adecuados y, sobre todo, con la creación del CCB, el Centro Cerámico de Brasil, inaugurado en 1993 por iniciativa de ANFACER, la Asociación Nacional de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos. La atención se centró en el aspecto técnico, pero la cuestión de fondo era crear una barrera comercial mediante normas técnicas. El centro de Santa Gertrudes no se quedó quieto. Creó su propia asociación a partir de su sindicato, ASPACER, en 1999. Y poco a poco, lo que era una amenaza se convirtió en un reto superado.
Unir las regiones
Poco después de la creación de ASPACER, se produjo un principio de entendimiento entre ambos grupos. La calidad de la molienda húmeda, que era más fácil de obtener, empezó a conseguirse también en la molienda seca, principalmente mediante mejoras en los equipos de molienda. La principal ventaja de la molienda seca, además de su bajo coste, es su altísima productividad. Así lo atestiguan los fabricantes de equipos, que mencionan que Brasil es uno de los países con uno de los mejores índices de productividad de la industria cerámica.
Quedaba por superar la barrera del diseño de producto. Con la globalización, el tiempo de integración de la tecnología es cada vez más corto. Y del mismo modo, los colorificios, especialmente los españoles, fueron responsables de un salto considerable en el diseño de productos. Pronto los dos grupos unieron sus fuerzas y hoy las dos asociaciones, ANFACER y ASPACER, colaboran muy estrechamente, conscientes de que los verdaderos competidores son los fabricantes de moquetas, suelos laminados, piedra y otros materiales para revestimientos. Un hecho a destacar es una aparente paradoja. Hoy en día, algunos fabricantes de cerámica también fabrican suelos de vinilo, para atender así a un segmento de la restauración que evoluciona rápidamente.
La tecnología también une
Nacida hace poco más de 20 años, la tecnología de los grandes formatos acaba de llegar a Brasil. Al principio, los fabricantes cerraban los ojos ante esta posibilidad. En poco más de 5 años, la explosión de las “superprensas” ha sido adoptada por varios fabricantes brasileños de norte a sur. Lo mismo con la producción en húmedo, que ahora también está presente en la región de Santa Gertrudes. Y los que antes fabricaban sólo vía húmeda también están instalando fábricas vía seca en el norte del país. En otras palabras, lo que realmente importa es la calidad del producto y el cumplimiento de las normas técnicas. Un desacuerdo que ha elevado el listón de la excelencia del producto. Hoy hay fabricantes que producen baldosas de gres porcelánico de la máxima calidad mediante el proceso en seco… no hay límites. Los programas de calidad y sostenibilidad son cada vez más comunes aquí. Brasil viaja a la COP28 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) de Dubái para presentar su experiencia en el uso de biocombustibles.
Todos estamos conectados
Como dice nuestra querida Lutzía Ortiz de ITC, el mundo está interconectado hoy en día. Y nuestra preocupación debe ser ofrecer soluciones a los consumidores y fomentar cada vez más el uso de soluciones de espacios con baldosas cerámicas. Las grandes losas pueden almacenarse y luego cortarse a gusto del prescriptor para que éste pueda crear los ambientes soñados por sus clientes. Incluso con la caída del consumo en los mercados mundiales, Brasil sigue siendo un gran productor, actualmente el tercero del mundo, con una producción y ventas previstas para 2023 de 800 millones de metros cuadrados (proyección de ANFACER), que puede superarse fácilmente en más del 20% gracias a nuestra capacidad productiva instalada de más de 1.000 millones de metros cuadrados al año.
Editor de la revista Mundo Cerâmico