El reto de la industrialización de los sistemas constructivos para la rehabilitación de edificios

El aumento del interés por la construcción industrializada de los últimos años es una clara respuesta a las necesidades de un sector de la edificación que urge un cambio estructural que dé respuesta a unas necesidades económicas, sociales y ambientales completamente renovadas. Una parte importante de estas respuestas deben ir de la mano del desarrollo y utilización de sistemas constructivos con un importante grado de industrialización, que se adapten a las exigencias, no sólo de construcciones de obra nueva, sino también a aquellas derivadas de la intervención en edificios existentes.

En este sentido, es importante destacar que en España existen más de 25 millones de viviendas, de las cuales aproximadamente el 90% fueron construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, lo que las convierte en energéticamente ineficientes. Es por esto por lo que su rehabilitación, a corto plazo, se considera prioritaria para alcanzar los objetivos de descarbonización del parque edificatorio exigidos por la Unión Europea para 2050.

Para llevar a cabo la rehabilitación de este parque inmobiliario ineficiente, será imprescindible utilizar sistemas constructivos en cuyo diseño se hayan tenido en cuenta una serie de características para su idoneidad en procesos de rehabilitación con sistemas industrializados:

• Flexibilidad. Que sean capaces de adaptarse a las características y variables de los edificios existentes y resolver los múltiples escenarios: diferentes geometrías, necesidades de los usuarios, orientaciones, resolución de los puntos críticos, etc. El avance de la tecnología e innovación, en herramientas digitales y en los procesos productivos industriales, puede ser clave para el desarrollo de soluciones flexibles, a medida y más complejas, que se adapten con facilidad a los requisitos de la rehabilitación y ayuden a minimizar los imprevistos y el número de operaciones en obra.
• Ligereza. Soluciones que minimicen las cargas adicionales sobre el soporte o estructura existente. Al tratarse de edificios construidos con unas normativas anteriores, las soluciones industrializadas para rehabilitación deberán ser lo más ligeras posibles para no comprometer la resistencia del edificio.
• Poco invasivas. Que permitan actuar por el exterior o por el interior, sin afectar a los residentes que habiten el inmueble, y que permitan mantener o interferir lo mínimo posible en la actividad del edificio.
• Sostenibles. Sistemas desarrollados bajo criterios de ecodiseño, orientados a la mejora ambiental del producto: optimizando el empleo de materiales, incorporando materiales reutilizados y/o planteando sistemas de instalación en seco. Estas soluciones deberían apoyarse, en la medida de lo posible, en Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), así como cumplir con los requerimientos valorados en las certificaciones de edificios, como LEED®, BREEAM®, VERDE, etc.

A parte de estas características, los sistemas industrializados propuestos para la rehabilitación deberán aportar al edificio renovado óptimas prestaciones y elevada durabilidad, que reduzcan el mantenimiento del inmueble e incrementen la vida útil de las soluciones constructivas, evitando o reduciendo el número de sustituciones a lo largo del ciclo de vida del edificio. Además, si nos centramos en la rehabilitación de la envolvente, se pueden plantear soluciones pasivas o activas, con una elevada eficiencia energética, que permitan incrementar el comportamiento energético de nuestros edificios.

Estamos en un periodo en el cual debemos abordar un ambicioso reto, que es el de la rehabilitación y descarbonización del parque edificatorio, que no es posible acometer con los procesos tradicionales. En este sentido, la industrialización en la rehabilitación puede contribuir a hacer frente a este reto, mediante la implementación de soluciones constructivas que incrementen la productividad e impulsen la circularidad en el sector de la edificación y, por lo tanto, que nos permitan resolver los problemas y necesidades actuales, teniendo en consideración su impacto a futuro.

Con esto en mente, el sector cerámico tiene enfrente una oportunidad de innovación que, siguiendo con estas recomendaciones, posicione sus productos como parte de sistemas industrializados para procesos de rehabilitación.

Jorge Corrales, Unidad de Arquitectura en ITC-AICE

Laura Vilalta, Unidad de Arquitectura en ITC-AICE