Parece ser que en Japón están las empresas más longevas del mundo, con cerca de una decena de más de mil años, el mundo es asombroso. Yo me siento afortunado de haber podido contribuir con 28 años de mi vida profesional a los 102 años de historia de Colorobbia, sin duda algo cada vez más excepcional. Se estima que la longevidad media de las nuevas grandes corporaciones es de unos 15 años, con tendencia a disminuir en un mundo que no deja de acelerar, muy difícil de predecir, y cuya única constante es el cambio.
Abrazar el cambio para innovar y sobrevivir
Tanto para ser parte de los cambios como para adaptarse a ellos, una de las acciones clave de las empresas es innovar, algo mucho más fácil de decir que de hacer. La innovación puede venir de cualquier parte de la empresa, hace falta talento y un espacio donde pueda crecer, explorando, aprendiendo y abrazando los cambios.
Muchos cambios importantes ya se están produciendo, con un impacto difícil de predecir. Por ejemplo, últimamente se habla mucho de la Inteligencia Artificial, generando un debate en el que se plantea el concepto de suma de inteligencias y de la desaparición de muchos puestos de trabajo. Será clave como las personas aprendamos a gestionar las posibilidades que nos empieza a ofrecer la inteligencia artificial, asombrosa, y quizá un tanto inquietante por el momento, hasta que la normalicemos como otras grandes disrupciones.
Hay otras tecnologías con gran potencial de cambio que ya están comenzando a ser realidades en muchos ámbitos, y de las que se habla desde hace un tiempo, como la industria 4.0, con la robótica y el IoT, o la impresión 3D, por citar algunos. Un ejemplo cercano es el “Full o Deep Digital” cerámico, donde cada vez más procesos se basan en la decoración digital y la sincronización del conjunto de máquinas.
Todos ellos son factores complejos que están alterando nuestro mundo, y son las personas las que marcan la diferencia. Personas que conforman empresas capaces de explotar el día a día, con resultados que permiten seguir adelante y también explorando estas nuevas posibilidades, generando espacios de tiempo en agendas imposibles. Todo esto gracias a la pasión por aprender y adaptarse a los cambios de equipos con talento en un entorno adecuado.
Sostenibilidad en todos los sentidos
Sin duda otro de los grandes retos del sector de las Fritas, Esmaltes y Colores cerámicos es la sostenibilidad. Nos encontramos en medio de un cambio radical, y debemos actuar rápida y eficazmente para garantizar un futuro. La transición energética es fundamental, y debemos explorar todas las opciones disponibles para encontrar la mejor solución. Aunque todavía hay dudas sobre el papel que jugarán en el futuro el hidrógeno verde, el biogás, la captura de CO2 y la electrificación de los procesos, debemos actuar ya si queremos llegar a tiempo.
La colaboración es esencial para lograr un sector sostenible, tanto en el ámbito interno de las empresas como en el ámbito externo. Debemos trabajar juntos, compartiendo conocimientos y experiencias, para encontrar las mejores soluciones. Europa tiene un papel fundamental en esta transición, y debemos aprovechar esta oportunidad para liderar el camino hacia un futuro sostenible.
La eficiencia energética es crucial, y debemos hacer todo lo posible para reducir el consumo de energía innecesaria, nada es tan sostenible e inmediato como no malgastar los recursos. Al mismo tiempo, debemos innovar en productos y procesos sostenibles para garantizar un futuro, tanto para nuestro sector como para el planeta.
Ecosistema innovador
Una de las ventajas sectoriales que tenemos ,y debemos explotar al máximo, es el ecosistema innovador que hemos ido generando en las últimas décadas. Un sistema muy rico, constituido por empresas de materias primas, aditivos, fritas, esmaltes, colores, tintas, maquinaria y azulejos, en colaboración con el entorno Universitario, centros tecnológicos, instituciones y asociaciones.
Debemos ser aún más ambiciosos creando alianzas de lo que hemos sido hasta ahora, aprendiendo de nuestro pasado, donde hemos demostrado una gran capacidad de adaptación, mirando hacia el futuro sin miedo. Posiblemente el mayor riesgo que corremos es no innovar para adaptarnos rápidamente, cuando aún tenemos la capacidad de hacerlo.
Gestionar la complejidad
En un contexto tan complejo y con tantos factores potencialmente disruptivos a considerar, somos las personas las que marcamos la diferencia a medio y largo plazo, y es por las personas que apostamos en Colorobbia. Es nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios la que nos permitirá navegar por un mundo cada vez más acelerado y complejo, un mundo en el que nuestros clientes cambiarán sin pedir permiso a nadie, un mundo que no espera a que estemos listos, mientras sigue cambiando lo que hasta ayer parecía incuestionable.
En definitiva, ya no es suficiente con adaptarse a los cambios, venciendo inercias y resistencias, hay que ser capaces de abrazarlos.
Javier Pérez Martínez
Director I+D+i en Colorobbia España