La industria 4.0 ha llegado para quedarse
Las empresas que no se orienten hacia la digitalización de sus procesos, sus productos o su modelo de negocio, perderán posiciones en favor de los competidores que sí lo hagan.
El desarrollo de este nuevo concepto de industria debe servir para que las empresas creen valor y aumenten la eficiencia de sus procesos. El principal problema surge en la consideración de que las empresas aún no cuentan con una forma válida y eficaz de diagnosticar su situación actual en cuanto a su desarrollo industrial 4.0.
Pero, ¿qué entendemos como Industria 4.0?
Esta nueva terminología supone una nueva revolución industrial impulsada por una transformación digital que supondrá un salto en la organización y gestión de la cadena de valor de las empresas.
El desafío que se plantea se centra en el desarrollo de soluciones de digitalización que permitan analizar constantemente datos e informaciones con objeto de optimizar la producción, aportar mayor información de valor, flexibilizar la fabricación e individualizar los subprocesos de fabricación en base a una eficiencia controlada.
¿Y es aplicable la Industria 4.0 en todas las empresas?
Sí, siempre que se establezca un punto de partida en base a la creación de unos parámetros de diagnóstico que permitan analizar a cada empresa y conocer sus necesidades, para averiguar dónde tendría sentido el desarrollo de la Industria 4.0. Es fundamental una fijación de diferentes objetivos a alcanzar y centrarse en aquellas áreas de cada empresa donde se obtenga una mayor tasa de retorno, mediante el proyecto de Industria 4.0 seleccionado. La obtención y el análisis de la información sobre costes productivos y el comportamiento del proceso de producción son aspectos críticos para el éxito de las empresas.
Las empresas industriales se enfrentan, pues, a un importante reto. En la Industria 4.0 es cada vez más importante fabricar más y mejor, con una mayor orientación a la demanda y al mercado, y de manera más flexible y eficiente. Y, por si esto no fuera suficiente, el producto final no debería encarecerse y seguir siendo competitivo.
Quizás la clave sea una apuesta por productos y servicios de alto valor añadido y cuya orientación a la personalización haga competitiva la fabricación aditiva, frente a los procesos industriales pensados para la fabricación de grandes lotes de producción.
Nacho Calvo Iranzo
CEO en ALEA