Este vídeo ilustra un elemento cerámico realmente curioso y práctico, que se remonta a los principios del Siglo XX y que tiene origen en nuestras tierras. Recibe el nombre de “Sinaí” y es un sistema de depuración de agua completamente natural, que fue inventado en 1926 y patentado un año más tarde (Patente 103867) por el valenciano Conrado Granell.
Figura 1. Esquema e imagen del sistema. Museo “González Martí” de Valencia
Aparece en un contexto en el que la sociedad toma consciencia de la necesidad de seguir en la vida cotidiana unas mínimas medidas higiénicas para evitar la propagación de enfermedades (corriente higienista), siendo el agua un elemento clave en todo este movimiento.
Por todo ello, se inició con la introducción de filtros en la parte inferior de los depósitos en los que se almacenaba el agua. Cuando se quería beber, se abría el grifo colocado en la parte inferior, obligando al agua a pasar a través de dicho filtro inmediatamente antes de ser consumida, eliminando así impurezas y microorganismos.
Fue el químico y biólogo Conrado Granell quien perfeccionó este sistema, con el diseño de un depósito de material cerámico con tres zonas filtrantes claramente diferenciadas. Cada una de ellas se rellenaba con diferentes materiales (arena, carbón activo, granito, basalto, piedra pómez, etc.). El proceso tiene lugar gota a gota, gracias a la gravedad, recorriendo todo el volumen del agua cada una de las seccione, con una capacidad aproximada de filtrado de unos 8 litros/día.
Tal y como ya adelantaba el título de la patente (“Un aparato para elaborar aguas de mesa y aguas medicinales”), el sistema no solo tiene la capacidad de depurar agua, sino que enriquece su calidad con el aporte de minerales y el proceso de aireación al que se somete.
Una vez patentado, Conrado Granell licenció en exclusiva la explotación de la innovación a la fábrica de Vicente Montaner Lerma de Manises, convirtiéndose en un elemento funcional y de elevado valor decorativo, pasando a ocupar un lugar privilegiado en muchos hogares, sobre todo en la provincia de Valencia.
En su día, y para certificar su eficacia, este producto fue testeado hasta por tres laboratorios de Madrid, que emitieron los correspondientes certificados. Adicionalmente, y después de la Guerra Civil, fue de nuevo certificada su eficacia por la Dirección General de Sanidad de Madrid.
Actualmente, parece ser que la única empresa que lo fabrica y comercializa es LCM Lacer España, aunque también existe un mercado secundario de coleccionistas.